jueves, diciembre 20, 2012

La Tregua




En 1960 cuando Benedetti entraba a sus cuarenta años publica la que es probablemente su novela más famosa, la que catapultó su carrera como escritor: La Tregua. En sus páginas, Benedetti nos introduce en el microuniverso de Martín Santomé un hombre que se acerca peligrosamente a los 50 años de edad. Viudo, y próximo a la jubilación, mantienen una relación distante con sus hijos a pesar de que éstos aún comparten la casa familiar. A través del protagonista, podemos recrear no sólamente el paréntesis amoroso de un hombre que se creía reseco, incapaz de desarrollar sentimientos y emociones, enterrados junto con su esposa muerta veinte años atrás, sino la totalidad del retrato de un hombre maduro que se confronta a su propia vida y destino. 

A través de Santomé, Benedetti pinta escenas interiores que nos confrontan a la cotidianidad de una familia donde la presencia ausente de la madre marcó la pauta. Donde el personaje jugo fatalmente a ser padre y madre a la vez y cuya interacción transita entre el respeto, la indiferencia y un permanente “estado de preconflicto”.

A través de la subjetividad del personaje nos adentramos también en otros micromundos como el de la oficina, ahí donde no hay amigos sino “tipos que se ven todos los días, que rabian juntos o separados, que hacen chistes y se los festejan, que se intercambian sus quejas y se tranmiten sus rencores, que murmuran(...)”. Es en ese espacio impersonal de “colegas”, donde el protagonista se encuentra con Laura Avellaneda. Referida por el propio Santomé simplemente como “Avellaneda” es una auxilar contable de 24 años recientemente contratada que transformaría su vida. 

Escrita en forma de entradas de un diario personal, Benedetti va esculpiendo en ellas al personaje. Cada entrada devela los pensamientos de un hombre que repasa su vida: su matrimonio, su propia carrera, sus amigos de la infancia y cuya inminente jubilación le recuerda contundemente que la etapa de las “aspiraciones cuesta arriba” se encuentran muchos años atrás. Sin embargo, es este mismo hombre ya venido a menos el que saborea su madurez y quien es plenamente consciente de que la coexistencia de experiencia y vigor es efímera. Un hombre capaz de dialogar de forma crítica y equilibrada con Dios: “El realidad, los elementos que él mismo nos ha dado no son en absoluto suficientes como para garantizarnos ni su existencia ni su no-existencia”

Efectivamente, uno de los ejes centrales del libro (pero no el único) es la relación amorosa entre “el Jefe y la Auxiliar”. Benedetti nos va envolviendo con maestría en este idileo, soltando de a pocos los pasajes del encuentro fortuito de este hombre con su destino. Temiendo revelar mayor información de la debida, sólamente adelantaré que se trata del agudo contraste que se va dibujando, por un lado del amor del joven Santomé con su joven esposa Isabel y por otro del amor del maduro Santomé y la joven Avellaneda. 

El mundo frió y oficinezco que constitutye el despacho contable, donde Avellaneda y Santomé se encuentran, se revela como una de los espacios narrativos más ricos de la novela. Benedetti recrea un retrato colectivo del entremado de relaciones y situaciones que suceden en una oficina que podría ser cualquier oficina de cualquier lugar del mundo. Ese microuniverso donde el progatonista cuestiona nociones como el “bajo rendimiento del personal” o donde muestra que el clima de la empresa puede depender de un "orgasmo privado".

Finalmente Benedetti nos lleva a través de los paseos de Santomé a las calles de Montevideo y nos antoja conocer lugares como la Plaza Mátriz, el Palacio Salvo,  la calle Dieciocho o Veinticinco y Misiones donde Avellaneda y Santomé tomaron el primer café.      

Así, Martín Santomé nos va narrando su vida día a día y se revela como un personaje y carácter universal del hombre que se confronta a su destino en el devenir del tiempo. En las páginas finales del libro el lector descubrirá el verdadero significado del título de al obra.

Recomiendo sin reservas leer “La Tregua” se trata de un libro que se va rápido (desgraciadamente), que se goza y se lee sin obstáculos. Por otro lado, el personaje de Martín Santomé resulta sumamente interesante, complejo, multifacético y nada aburrido, que puede tener pensamientos tremendamente profundos sobre Dios o su propia vida y pensamientos más higiénicos como “(...) a veces no llego al horizonte y me conformo con acomodarme en la ventana de un café y registrar el pasaje de algunas buenas piernas”.

Personajes:
- Isabel: la esposa muerta
- Los hijos: Jaime, Blanca y Esteban
- Los amigos de la infancia : el patético Vignale, Aníbal quien ha perdido el impulso de vivir. 
- La auxiliar contable Avellaneda
- Los colegas de la oficina: Muñoz, el marica Santini, los impersonales gerentes. 

Extractos:

“Cuando se está en el foco mismo de la vida, es imposible reflexionar”

“Relacionadas con los sentimientos hay una serie de zonas vecinas, afinaes, fáciles de confundir. El amor, la confianza, la piedad, la camaradería, la ternura (...)” 

“Si alguna vez me suicido será en domingo”.

La borra del café



En 1978, dieciocho años después de la publicación de la Tregua, llega esta fresca novela del maestro uruguayo. La novela que repite una estructura a modo de capítulos breves, cuenta la vida de Claudio, un pequeñito que vive con su padre y su hermana quienes padecen la muerte de la madre en el Montevideo de los años 30. Sería el mismo  padre de Claudio quien lo expulsaría de la niñez anunciandole un día la enfermedad de su madre que la conduciría a la muerte.

A través de un rico abanico de personajes, que emergen en la infancia del protagonista, Benedetti nos va envolviéndo en el transcurrir de los años de la vida de Claudio. Los amigos de la infancia, la graciosa Juliska (una trabajadora doméstica yugoslava que apenas domina el español), tíos, abuelos y sus grandes amores: Rita y Mariana. 

Claudio no asiste a la escuela pues sus padres creen que está enfermo por lo que toma clases con Antonia, su joven maestra particular que provoca en él sensaciones “pre-eróticas” gracias a las “ojeadas clandestinas” que destinaba a sus piernas “graciosas y cabales”. En las páginas de la novela transcurren los años que nos muestran a un Claudio entrando en la vida adulta, quién abandona los estudios a los diecisiete años para trabajar en una agencia de publicidad y dedicarse paralelamente a la pintura. 

Resulta curioso que un Benedetti de casi 60 años, casi dos décadas después de haber retratado en "La Tregua" la vida de un hombre muduro próximo a la jubilación se enfoque ahora a retratar la vida de un niño convertido en adulto. 

Tomando como punto de partida este contraste podemos tejer varios puentes entre ambas narraciones.

Por un lado el tema de la muerte inesperada, la de Isabel, la esposa de Santomé y el de la Aurora, la madre de Claudio. Este hecho nos conduce evidentemente a repetir el tema de la viudez  El tema del amor, (que en ambos casos es y no el tema central) estructurante la narración. El tema del recuerdo, donde en ambos casos Benedetti se instala en la idea de que éste, se reconstruye como una imagen de la memoria primera.  En este sentido podemos destacar cómo en ambos casos un personaje del presente ayuda a reconstruir y a comprender a personajes del pasado: la llegada de Sonia obliga a Claudio y a su padre a reconstruir al imagen de su madre, como Avellaneda ayudaría a Santomé a entender mejor la época de Isabel. 

Encontramos también una correpondencia entre la narración en forma de capítulos breves donde vemos una clara continuidad en el diario de Martín Santomé y los “fragmentos de los borradores del viejo” (padre de Claudio) que constituyen una ventanilla a los pensamientos y reflexiones de ambos personajes. Igualmente ambas novelas exploran de forma tangencial, pero importante, el tema de Dios.   

Lo más rico del libro es sin duda experimentar la transformación de Claudio desde su niñez al inicio de su vida adulta. Podemos incluso advertir como el autor juega con las variaciones en el lenguaje del niño al joven Claudio quien busca afianzarse a la vida y encontrar su propio destino donde el amor tendrá un lugar central.

Extractos:

“Cada vez el presente me conquistaba más. El pasado era una colección de presentes a emitir. La historia toda era un larguísimo, interminable presente. También lo era mi propia historia”

“Yo la concibo (la muerte) como un sueño repetido, pero no un sueño circular, sino una repetición en espiral. Cada vez que volvés a pasar por un mismo episodio, lo ves a más distancia, y eso te hace comprenderlo mejor”. 

“Es una maravilla escuchar las olas. Parecen todas iguales y sin embargo cada una trae un sonido distitno y seguramente también un mensaje distinto”. 

Símbolos interesantes a tomar en cuenta:
  • El parque de Capurro
  • Las 3:10 pm
  • La Higuera
  • La espiral
  • La borra dle café
  • Los relojes
  • La muerte

miércoles, enero 18, 2012

Embarcaciones


Fh. Lago de Chapala, Jalisco, Enero 2011.

Esquina revolucionaria


Fh. Ciudad de México, Enero 2011

Bodegón taquero


Molcajetes con agua de jamaica.
Ver definición de molcajete aquí.

Fh. Puesto de tacos, Ciudad de México, Enero 2011

Bandera de México


Agua de limón, Agua de horchata, Agua de jamaica

Fh. Puesto de Tacos, ciudad de México. 2011

Francia en México, una más


Foto: fh. Ciudad de México Enero 2011

viernes, enero 13, 2012

Secuencia


Foto: Basureros de París, verano 2010

Expresionismo abstracto natural


A poco no parece una pintura...

Foto: fh. Arbol en invierno en el Parque de Luxemburgo en París.
Nov. 2011

Cielo de playa con gaviota

Foto: fh. Play del Carmen, México, Enero 2011. (Sí, leíste bien Enero... haría lo menos 23 grados)

Cielo de Fontainbleu



Foto: fh. Abril 2011

Cielo de París


Foto: fh. 14 de Julio de 2011 "Vive la Patrie"

Luz y sombra


Foto: fh. 2011, Parque de Sceaux a las afueras de París.

Auvers sur Oise




A unos cuantos kilómetros de París, se encuentran los campos de Auvers sur Oise, campos inmortalizados por Van Gogh cuya tumba yace en este lugar. Es increíble estar ahí parado, frente a lo que los ojos del loco sabio miraron hace más de 100 años.

Gare du Nord


Esta imagen me fascina...

Foto. fh. 2011. Vista sobre las vías del tren de la Estación Norte de Trenes de París.

La France combative


"Frente a la injusticia es preciso no negociar el poder de las cadenas, es preciso romperlas"
Foto: fh. Cartel en la Fiesta de la Humanidad 2011 (Fête de l'Humanité).

Georges Pompidou



Sirva esta foto como un pequeño homenaje al hombre que concibió crear y dotar no sólo a Francia sino a toda la humanidad de una Institución como el lugar que lleva su nombre el Centre Georges Pompidou: Inaugurado en 1977, Museo de arte contemporáneo, Biblioteca pública, librería, cine, ícono arquitectónico, todo eso y más es el CGP...mejor conocido como Beaubourg'

Foto: fh. París, 2011

Quand il fait beau...


La foto de arriba es de Mayo de 2011 y la de abajo de abril del mismo año. No hay nada como un pronóstico que augure buen clima.
Foto: fh 2011